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Los jugueteros fabricaron un ejército de soldaditos de plomo pero para el último soldado no les alcanzó el plomo y tuvieron que dejarlo sin una pierna. El Soldadito de un sola pierna queda fuera de la caja y cuando empieza a mirar a su alrededor ve a una maravillosa bailarina de ballet que estaba ante la puerta de un castillo y tenía una pierna levantada como suelen hacerlo las bailarinas, por eso pensó que tenía una sola pierna como él.


El soldadito se enamora de la hermosa bailarina y decide tomar el riesgo de llegar hasta ella y presentarle honores. Pero un pícaro duende de madera que estaba perdidamente enamorado de ella salta de su caja y empuja al soldadito por la ventana, el cual cae hacia la calle donde llueve fuertemente. Un niño lo descubre tirado en el andén, lo recoge y lo monta en un pequeño barco de papel dirigiéndose hacia una cloaca.

 

 


Allí se enfrentará a nuevas aventuras hasta que al final le come un pez que luego es pescado, pero la fortuna le sonríe al soldado ya que al preparar el pescado para la cena es encontrado y devuelto al cuarto de juegos. El soldado se da cuenta que está en el mismo lugar donde vive su amada.


De nuevo el soldadito se encuentra con la hermosa bailarina, pero el destino es un poco juguetón y hace que una ráfaga de viento o tal vez el duende lo empuje a la chimenea. La bailarina que ama al soldado en silencio baila hasta caer al fuego y así acompañar a su amado. Al día siguiente al sacar las cenizas de la estufa solo se encuentra un corazón de plomo con una pequeña lentejuela.

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